La instalación de sensores y la captura de datos con ellos es un campo bastante amplio y complejo. Y es que, son muchos los sectores y ámbitos en los que extraer información puede resultar extremadamente valioso. Gracias a la revolución digital y el uso de nuevas tecnologías, ahora las empresas tienen mucho más fácil el poder capturar datos y gestionar la información. En este sentido los sensores de Internet de las cosas (IoT) son capaces de integrarse con la red para recopilar datos y almacenarlos en otros soportes físicos o en la nube.

Así las cosas, los dispositivos IoT cuentan con sensores que registran y transforman lo físico o químico en datos electrónicos que podemos manejar. En este artículo vamos a ver todo sobre estos dispositivos, su funcionamiento y la tipología que existe en el mercado. Un mercado en expansión y que demanda profesionales cualificados y formados, algo de lo que también hablaremos a lo largo de este texto.

¿Qué son los sensores IoT?

Los sensores IoT o sensores inteligentes son chips electrónicos que llevan integrado un circuito que es compatible con los estándares de comunicación habituales en el mundo de Internet de las cosas. Gracias a estos sensores, como decíamos, se pueden extraer datos y llevar la realidad, lo físico a una dimensión en la que podemos gestionar la información. Este tipo de sensores son capaces de convertir una magnitud de entrada como la humedad, temperatura, presión, etc., en una señal medible e interpretable por dispositivos electrónicos.

Posteriormente a esta conversión y a la transmisión de la información, los datos recopilados se pueden almacenar en bases de datos para su procesamiento y análisis. Así, las distintas aplicaciones de los sensores vienen dadas por los tipos de sensores que existen y que veremos más adelante.

Los sensores IoT sirven para monitorizar y controlar distintos aspectos en todo tipo de sectores industriales, desde el hotelero hasta la agricultura.

Esto respecto a su funcionalidad general, pero, ¿cómo son los sensores IoT? Un sensor es un dispositivo que está compuesto por un transductor y un acondicionador de señal. El transductor detecta, mide e indica los cambios que se producen mientras que el acondicionador de señal es el responsable de convertir eso en datos interpretables por dispositivos electrónicos.

Así, nos encontramos con que los sensores, por si mismos, son elementos bastante inútiles. Por eso, se presentan como un nodo, una parte de un conjunto de distintos componentes que se conectan entre si para recopilar la información, procesarla y enviarla a través de su propia red para su almacenamiento y posterior análisis.

 

¿Para qué sirven y cuáles son las ventajas de los sensores IoT?

Como decíamos existen una gran variedad de sensores IoT en el mercado dependiendo de sus usos. Así, habrá sensores para dispositivos más especializados con funcionalidades específicas para una determinada área de trabajo o para una de las aplicaciones de Internet de las cosas. No obstante, en general, los sensores IoT sirven para:

  • Capturar información de manera mucho más sencilla
  • Mejorar la fiabilidad y la seguridad en la captura de datos
  • Automatización de procesos
  • Reducir la interacción y la necesidad de personal técnico que tome mediciones concretas en algunos sectores.
  • Mejora en la disponibilidad de datos para empresas y usuarios en cualquier momento y lugar.
  • Ahorro de tiempo y dinero para todas las empresas que implementan sensores IoT en sus procesos productivos
  • Mejora en el cumplimiento de las medidas de seguridad de los departamentos IT de las empresas en distintos sectores productivos.

Al mismo tiempo, estas funcionalidades que ofrecen los dispositivos IoT se convierten en algunas de sus mayores ventajas, aunque, por supuesto, este tipo de tecnologías también cuenta con algunas desventajas. No obstante, los inconvenientes que pueda tener en su conjunto la tecnología IoT es compensada con creces por todos los beneficios que pueden obtener las empresas gracias a la extracción de datos son sensores IoT.

Tipos de sensores IoT

Vamos ahora a ver algunos de los principales tipos de sensores IoT que existen en el mercado. Al respecto de su tipología, los sensores de Internet de las cosas, pueden clasificarse de distintas maneras, desde por el tipo de detección que realizan hasta por su señal de salida o el tipo de gasto energético que hagan. Además, como veremos, también se pueden clasificar por los parámetros que miden.  Así las cosas, esta es clasificación de los tipos de sensores IoT:

  • Temperatura y humedad: Los sensores IoT para humedad miden la cantidad de calor y humedad generadas en un área determinada. Actúa en un rango concreto alrededor de un área objetivo.
  • Acelerómetros: Los sensores de acelerómetros permiten monitorear de manera remota la velocidad de vehículos de todo tipo.
  • Sensores PIR: Monitoriza el movimiento tanto de personas como de objetos. Se puede usar para el control de seguridad de naves empresariales o hogares particulares.
  • Ubicación: Se usan a menudo en almacenes para posicionar objetos y ayudar en la gestión logística de los mismos.
  • Ópticos: Miden la luz y la convierten en señales eléctricas que sean legibles por otros dispositivos y por los profesionales. Se pueden usar, por ejemplo, en control medioambiental.
  • Agua: En general se suele tratar de sensores IoT para control de calidad del agua.
  • Imagen: Convierten datos ópticos en señales electrónicas que son almacenables en otros dispositivos. Se usan en cámaras digitales, sistemas de imagen médica, sonares o radares.
  • Presión: Detectan cambios de presión, los miden y los transforman en información interpretable por otros dispositivos y por los usuarios de los mismos.
  • Movimiento: Ayudan a detectar movimiento en un área determinada. Se pueden usar en puertas automáticas, sistemas automáticos de aparcamiento, etc.

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Ahora con conoces un poco mejor el funcionamiento de los sensores IoT, para que sirven y que tipos existen. Una serie de tecnologías con múltiples aplicaciones. Y es que, el Internet de las cosas está cada vez más presente, lo que hace necesarios nuevos profesionales formados y especializados.

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