¿Te interesa el mundo de la informática? Si quieres formarte en un campo con una alta tasa de empleabilidad, nuestro curso de aplicaciones web es perfecto para ti. En él aprenderás todo lo necesario para montar una y, más en concreto, dominarás también lo que se conoce como aplicaciones web progresivas. ¿Te atreves?

Es normal si estos términos te confunden un poco, pero por eso en este artículo vamos a aclararte todas las dudas de este campo.

Contexto para las aplicaciones web progresivas

Antes de lanzarnos de lleno a explicarte el funcionamiento de las aplicaciones web progresivas, es imprescindible que las sitúes en el contexto de desarrollo de la informática más reciente.

La llegada de las aplicaciones web

El gran crecimiento de Internet en una era que acabaría por ser una sociedad interconectada propició la aparición de mejoras en los sitios web. Una de ellas fue la creación de aplicaciones web. Para que te hagas una idea, se trataría de una aplicación como la que puedes instalar en un smartphone pero que funciona también en una página web. Mismo aspecto y mismas funcionalidades.

Te contamos a continuación algunas de sus características más relevantes:

• Necesitan un único desarrollo web que es capaz de adaptarse a cualquier dispositivo, siempre que se acceda a través de un navegador web, sin importar cuál (Google Chrome, Mozilla, Opera…)
• Al acceder desde un navegador no tendrás que descargarte absolutamente nada.
• Aparecen en las búsquedas en navegadores. Un claro ejemplo es Twitter. Tiene su propia app, pero también podrías acceder y manejarla a través de un navegador.

Las aplicaciones web progresivas: el nuevo avance web

Las aplicaciones web progresivas se comportan de una forma particular. No terminan de ser aplicaciones web, pero tampoco aplicaciones móviles. Digamos que se trata de un paso intermedio que consigue brindar muchísimas más funcionalidades a los usuarios sobre todo en sus móviles.

Si hablamos desde el entorno de móvil (smartphones), podemos encontrarnos con una serie de aplicaciones que se pueden instalar, pero que necesitan Internet y un cierto registro de usuarios para funcionar. De esta forma, en lugar de acceder a través de navegadores, podrás entrar a ellas desde su propia interfaz, que siempre se ejecutará en segundo plano.

Puede parecer un concepto demasiado abstracto, pero te aseguramos que has probado alguna web progresiva a lo largo de tu vida. Un ejemplo claro es Telegram. La aplicación web progresiva de esta compañía ofrece a sus usuarios todas las funcionalidades originales. Véanse las difusiones, chats, foros, llamadas…. Y un plus es que puedes personalizar el aspecto, la aplicación conseguirá recordar tus preferencias.

Aplicaciones lite, ejemplos de aplicaciones web progresivas

Las aplicaciones móviles suelen tener un peso considerable en la memoria de los teléfonos móviles, por eso existe una corriente bastante aplaudida en el mundo de la informática que opta por el desarrollo de aplicaciones web progresivas.

Una de las ventajas que tienen trabajan en segundo plano y no cuentan con toda la arquitectura de una aplicación móvil.

¿Te suena de ver en la tienda de compras de aplicaciones de tu teléfono Facebook Lite o Twitter Lite? Si te lanzas a descargarlas descubrirás que son prácticamente iguales a la aplicación normal, solo que reducirá peso en tu teléfono y cargarán con más facilidad al no guardar caché en tu dispositivo.

Total adaptabilidad a sistemas operativos

Al contrario que las aplicaciones móviles, las aplicaciones web progresivas sirven para todo tipo de sistemas operativos, una cuestión que consigue reducir costes en su producción, además de trabajo para el desarrollador.

Con todo, deberás saber que no todas las aplicaciones son aptas para crear una versión progresiva. De hecho, existen ciertas funciones que, por temas legales y de privacidad, todavía no pueden hacer este tipo de aplicaciones: como el acceso a la cámara del teléfono o a la lista de contactos.

Lo que sí permiten, a diferencia de las versiones web, es emitir notificaciones y funcionar sin estar conectados a Internet.

Fórmate para desarrollar aplicaciones web

En este artículo te presentamos el concepto de aplicaciones web progresivas, pero si estás interesado en la informática, con nuestro curso de aplicaciones web aprenderás a desarrollar cualquier tipo de aplicación.

Una formación integral que te ayudará a conformar un perfil profesional altamente demandado en el sector. Hoy día no se es nada sin presencia en la red y, para eso, existen los profesionales como tú.

¿Qué aprenderé en el curso de Tokio School?

Si sientes curiosidad por todo lo que podrás llegar a hacer tras realizar nuestro curso de aplicaciones web, échale un vistazo al temario:

• Módulo I. HTML5 y CSS3. Estándares de la creación de sitios web. En esta primera parte de la formación aprenderás cuestiones básicas del diseño y creación de sitios web.
• Módulo 2. Desarrollar con Javascript. Un paso más en tu desarrollo profesional será controlar a la perfección el trabajo con el lenguaje Javascript. Aprenderás a integrarlo y darle sentido en tus proyectos de aplicaciones web.
• Módulo III. Iniciación a Java. Otro lenguaje de programación que deberás manejar si quieres estar a la vanguardia del desarrollo de aplicaciones web.
• Módulo IV. Java Avanzado. La segunda parte del módulo III, para que cuentes con conocimientos expertos.
• Proyecto final.

¿Qué salidas profesionales podré alcanzar con este curso?

Formarse en desarrollo de aplicaciones siempre es una buena apuesta de futuro. Con Tokio School adquirirás una serie de habilidades muy apreciadas en el sector laboral. De esta forma, podrás aspirar a los siguientes puestos de trabajo:

• Programador Java.
• Desarrollador web.
• Desarrollador de aplicaciones en entorno de escritorio.
• Desarrollador de aplicaciones en entornos web.
• Crear y mantener entornos de aprendizaje virtual.
• Crear y mantener una intranet de la empresa.

¿Suenan bien? ¡Fórmate para poder acceder a una de estas salidas laborales! Reserva ya tu plaza en el curso de desarrollo de aplicaciones web. ¡Te esperamos en Tokio!