La tecnología no para de cambiar y evolucionar y, con ello, también lo hacen las amenazas que los profesionales tienen que enfrentar en su trabajo diario en el sector informático y de comunicaciones. En este contexto, la ciberseguridad se ha vuelto fundamental y una oportunidad de mejora laboral para muchos profesionales. Los proxies son elementos que forman parte de la red de seguridad que hay que conocer si se quiere trabajar en este sector. Por ese motivo, en este artículo vamos a profundizar en qué es un proxy, como funciona y que tipos existen. ¡Empezamos!

¿Qué es un proxy y cómo funciona?

Como hemos dicho, la seguridad en la navegación es imprescindible en entornos empresariales y un proxy es uno de sus componentes. Así los expertos en Ciberseguridad deben dominar el funcionamiento de este elemento para decidir cómo pueden mejorar la seguridad en los entornos de red corporativos. Pero, ¿qué es un proxy? Se trata de un componente que interviene en las solicitudes y respuestas de una red.

Así, cuando te conectas a Internet a través de uno, la solicitud que envías no va directa al servidor de destino, sino que pasa primero por el proxy. De esta manera, el servidor responde al proxy en vez de hacerlo al dispositivo desde el que se envía la solicitud. Esto tiene importancia, como veremos adelante en materia de ciberseguridad ya que permite, entre otras cosas, filtrar contenido, mejorar la privacidad, gestionar el ancho de banda, monitorizar la red, etc.

Los proxies pueden trabajar en la sombra para mejorar la seguridad y la experiencia de navegación de los usuarios

Un proxy funciona como un intermediario, pero la aplicación que puede tener varía en función del tipo y la configuración que se haga del mismo. Su funcionamiento general se puede dividir en estas etapas: solicitud, evaluación y filtrado, solicitud al servidor, respuesta del servidor, entrega al dispositivo inicial.

Tipos de proxies

Ahora que sabemos qué es un proxy y como funciona, es necesario profundizar en qué tipos existen. Por este motivo, vamos a explorar la diversidad que existe en este tipo de elementos que hacen que la navegación sea más segura. Cada uno de ellos tiene propósitos específicos y conocerlos te puede ayudar a aprovechar todas sus características. Estos son los principales tipos de proxy:

Proxy Web (HTTP/HTTPS)

Es el tipo de proxy que se usa, fundamentalmente para acceder a páginas web. En este caso, puede filtrar contenidos y mejorar la velocidad de carga de los sitios que se visitan a través de él. Esto es posible gracias a que almacena la caché de las webs más rápidamente. Es interesante para su aplicación en entornos educativos y empresariales por motivos de seguridad.

Proxy Transparente

Se trata de un tipo de proxy que no requiere una configuración previa por parte de los usuarios. En este caso, el proxy opera de forma invisible e intercepta las solicitudes sin que los usuarios sean conscientes de ello. De esta manera, su principal función es mejorar la seguridad a través del filtrado de contenido. Es útil para entornos corporativos

Proxy de Reenvío

Estos proxis actúan como intermediarios y reenvían solicitudes entre los dispositivos de una red interna y el mundo exterior. De esta manera se puede optimizar la comunicación entre distintos tipos de redes informáticas. Este tipo de proxy es interesante en el ámbito de la empresa para mejorar la seguridad mediante el control del acceso a Internet al mismo tiempo que optimiza el rendimiento ya que es capaz de almacenar en caché los datos solicitados.

Proxy Inverso

Este tipo de proxy se usa para mejorar el rendimiento y la optimización en servidores web. En este caso, el proxy gestiona las solicitudes de los clientes del servidor y optimiza la distribución de la carga en el envío de datos. Además, también da una capa adicional de protección contra posibles ataques o amenazas ya que oculta la estructura de la red.

Proxy SOCKS

Este proxy opera a nivel bajo y permite el intercambio de datos entre distintos dispositivos sin cambiar el contenido. Se trata de una solución versátil y eficiente para aquellos entornos de red que necesitan conexiones directas y universalidad en la transmisión de datos. Además, al facilitar el tráfico a través de firewalls, se vuelve especialmente relevante en entornos de red complejos.

Importancia de los proxies en la ciberseguridad

Como puedes suponer a estas alturas, los proxies son cruciales en el trabajo en ciberseguridad. Lo son por diversos motivos, pero algunas de las formas importantes en las que un proxy contribuye a la seguridad informática son las siguientes:

  • Filtrado de contenido malicioso. Como hemos visto, un proxy es capaz de monitorizar el tráfico web y bloquear el acceso a determinados sitios. De esta manera se puede usar este tipo de navegación para que el proxy bloquee webs potencialmente maliciosas, conocidas por la distribución de malware o phising.
  • Anonimato y privacidad. Cuando se enrutan las solicitudes a través de un proxy se pueden ocultar las direcciones IP. Esto hace que haya un nivel adicional de seguridad al proporcionar anonimato y privacidad.
  • Control de acceso. Se pueden establece políticas de acceso que restrinjan que se pueda entrar a determinadas webs o recursos basándose en unos criterios predefinidos por los responsables de seguridad informática. De esta manera, se pueden proteger con mayores garantías las redes corporativas.
  • Detección de amenazas. Un proxy hace una monitorización del tráfico, lo que hace que sea capaz de identificar patrones de comportamientos maliciosos y, con ello, se puede lograr una capa adicional en la capacidad que hay para la detección de amenazas.
  • Mejora en el rendimiento. Al almacenar memoria en la caché, un proxy puede mejorar el rendimiento de la navegación ya que reduce la carga en los servidores y acelera la entrega de contenidos a los usuarios.

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