“Hace unos meses me quedé sin trabajo y esta formación me ha dado la motivación para seguir adelante”, cuenta Agustín Linares, jienense de 32 años y alumno del Curso de Consultoría SAP Recursos Humanos, que encontró en Tokio School una especie de refugio en un momento complicado de su vida.

Desde que terminó la carrera de Relaciones Laborales en 2013 y dos másteres relacionados con política de empleo y recursos humanos, Agustín no ha dejado de buscarse la vida. “Por mucho que buscaba buenas oportunidades, nada daba los resultados que yo esperaba y, por eso, decidí volver a estudiar”, afirma, y continúa: “En unas prácticas de máster estuve trabajando en el departamento de RRHH de una empresa que utilizaba la tecnología SAP y, tras ver lo útil y potente que era, decidí buscar el respaldo de una formación”.

Agustín Linares: “Siempre he sido un alumno regular pero en esta formación he conseguido la motivación que necesitaba para conseguir matrícula de honor en mi proyecto final"

 

Llegó a Tokio School a través de Emagister y, en un principio, le conquistó la idea de formarse online. “Para mí lo importante era la compatibilidad con mi vida, porque en ese momento aún estaba terminando uno de los másteres y, al mismo tiempo, trabajaba”, explica. Aunque al comienzo se le atragantó un poco el hecho de compaginar todo y no pudo avanzar demasiado, el confinamiento lo cambió todo: “Me quedé sin trabajo en pleno estado de alarma, lejos de mi familia, en otra ciudad – en 2017 se mudó a Sevilla- y bastante bajo de moral pero, a la vez era el empujón que me faltaba para centrarme en curso”.

 

Tutora y profesor, dos piezas clave

En este proceso jugó un papel muy importante su tutora pedagógica, Cristina Barreiro. “Me escuchó, me ayudó y ha visto cómo he ido mejorando durante todo el proceso. Prácticamente era como una amiga con la que me desahogaba, un refuerzo más para seguir hacia adelante”, asegura el joven. Y, de igual manera, solo tiene buenas palabras para su profesor, Mikel López: “No se limita al temario, sino que nos enseña las posibilidades de la consultoría de RHH. Siempre va más allá y eso para mí es algo súper positivo”.

El deseo de Agustín no es otro que "dar un salto y, de una vez, poder dedicarme a lo que he estudiado toda mi vida". Ahora que ha terminado la formación y, todavía a la espera de realizar sus prácticas, Agustín asegura que “esta experiencia le ha aportado muchísimo” y bromea con que, “aunque a base de palos y de repetir, pero ha aprendido”. Para él, este proceso ha sido mucho más que una simple formación y es que, como él mismo afirma, “yo siempre he sido un alumno regular pero, con esta formación, he conseguido la motivación que necesitaba”. Y tanta es esa motivación que ¡ha sacado matrícula de honor en su proyecto final! ¡Enhorabuena Agustín!