El marketing está hecho por personas para personas, sencillo y evidente en un principio. Pero la complejidad que requieren estos términos va más allá de su componente humano, y es que uno de los objetivos primordiales del marketing es despertar determinadas emociones que conlleven procesos de compra y consumo en un público determinado por parte de las empresas. Hoy hablaremos largo y tendido sobre el marketing emocional y el Neuromarketing, que aunque puedan sonar parecidos, no son lo mismo. ¡Vamos allá!

El marketing emocional es la parte del marketing que se encarga de conseguir el vínculo ideal entre empresas y consumidores generando emociones.

Las disciplinas relacionadas con las neurociencias y con el neuromarketing han evolucionado y cobrado fuerza en los últimos tiempos, permitiendo así investigar cómo se comporta el consumidor sobre todo en el momento de la compra.

El neuromarketing es un gran aliado del marketing emocional que nos permite medir aspectos relacionados con las emociones mediante técnicas muy avanzadas.

 

Pensar con el corazón y las emociones en Marketing

Haciendo un poco de historia, hallamos la base de la teoría de las emociones en los años 70 de la mano del psicólogo Paul Ekman, quien llegó a la conclusión que existen 6 emociones básicas y universales: Felicidad, Sorpresa, Enfado, Desagrado, Miedo, Tristeza a la que añadió la ausencia de cualquier emoción “neutralidad”.

Evidentemente, existen más emociones que estas, pudiendo identificarse más de 3.000 emociones diferentes, pero estas 6 emociones universales son las únicas que están dotadas de un grado de certeza tan absoluto.

El 60% del comportamiento de un consumidor puede predecirse a través de sus emociones.

Puesto que la decisión de compra no es racional, sino emocional, el proceso de selección de productos suele ser automático, derivado de nuestros hábitos adquiridos. Si aplicamos la base de las emociones al marketing, no solo tenemos que hacer que un cliente compre nuestro producto, sino que tenemos que conocer en profundidad a nuestros clientes objetivos y reorientar nuestras campañas hacia lo que los consumidores quieren realmente, rediseñar el producto y observar en la postventa si está satisfecho con el producto. En caso de que no lo esté, tendremos que analizar cómo podemos solucionarlo.

En definitiva, podríamos decir de forma simplificada que el neuromarketing es una forma de ayudar a los productos y marcas a ser mejor aceptados por la sociedad.

 

Diferencias entre Marketing Emocional y Neuromarketing

Como te adelantamos hace unas líneas, marketing emocional y neuromarketing no son exactamente lo mismo, aunque son parte complementaria de un mismo todo. Te explicamos en qué se diferencian.

El Marketing Emocional tiene como objetivo acceder al consumidor de una manera mucho más sensorial para captar su atención y emoción, pasando de consumidor en potencia a consumidor o cliente real.  El marketing emocional busca generar un vínculo afectivo y emotivo entre consumidor y marca.

Será ese nexo el que empuje al consumidor a comprar un determinado producto o a contratar un determinado servicio.

La palabra emoción proviene del latín “e-movere”, es decir, “ir hasta”.

Por otra parte, el Neuromarketing es el principal encargado de ver cómo el consumidor actúa, siente y piensa al momento de realizar una compra o hacer una selección, facilitando la comprensión de las verdaderas necesidades de las personas y permitiendo anticipar el grado de aceptación o rechazo de un producto antes de su lanzamiento al mercado.

El neuromarketing recurre a técnicas del terreno de las neurociencias y la mercadotecnia para estudiar los efectos que la publicidad provoca en el cerebro humano. Su meta no es otra que comprender mejor a los consumidores, algo mucho más complicado de lo que pueda parecer.

 

Técnicas de Neuromarketing

Las marcas están cada vez más concienciadas en que tienen que conocer muy bien a sus consumidores, para poder ofrecerles lo que están demandando. Para ello, uno de sus mejores aliados es el neuromarketing, del cual se valen a través de varias técnicas. Vamos a ver algunas de las más importantes.

 

Resonancia Magnética Funcional (fMRI)

Nos permite obtener las imágenes del cerebro mientras desarrolla una actividad o es sometido a estímulos exteriores. Muestra gráficamente los cambios que se producen en las áreas afectadas, qué zonas del cerebro presentan mayor actividad. Mediante un potente imán podemos ver en resolución espacial,las variaciones de oxígeno en la sangre, mostrando el nivel de actividad. Es una técnica muy precisa, pero al alcance de pocos por su elevado coste.

 

Eye-Tracking (Seguimiento Ocular)

Permiten estudiar hacia dónde dirigen los usuarios la visión central (fóvea), mediante la rotación ocular. La fóvea es la que determina la visión más nítidamente, en contraposición a la visión periférica, que nos ofrece datos del entorno.

Para la medición se utilizan unas cámaras especiales de alta velocidad que miden y sacan datos de los movimientos de los globos oculares, la dilatación de la pupila y el parpadeo, entre otros factores.

 

Conductancia eléctrica de la piel

Se basa en el principio que la conductancia eléctrica de la piel varía con la humedad. Las glándulas sudoríparas de la piel son controladas por el sistema nervioso simpático, lo que implica que se puede establecer una relación entre el nivel de excitación fisiológica y psicológica, y la sudoración.

 

Magnetoencefalografía

Esta técnica mide la actividad cerebral de los campos magnéticos del cerebro, producidos por las corrientes eléctricas neuronales. Es muy precisa y permite detectar y ubicar el origen de la actividad neural en las regiones del cerebro.

 

Electroencefalografía (EEG)

Permite medir las variaciones eléctricas del cerebro y detectar qué áreas tienen una mayor actividad. Generalmente es utilizada en los momentos de reposo, vigilia o sueño. Es una técnica no invasiva que consiste en la colocación de electrodos en el cuero cabelludo con el objeto de medir las ondas cerebrales. Puede detectar qué áreas del cerebro responden más a unos determinados impulsos, por la variación eléctrica. Es una de las técnicas más empleadas por su relativo bajo coste y sencillez.

La aplicación de técnicas y estudios de Neuromarketing al marketing digital son cada vez más numerosos y habituales.  Todos los estudios han de ser elaborados de forma exigente y detallada por verdaderos profesionales del sector.

Conocer lo que nos motiva, alegra, enfurece, emociona o entristece merece la pena para las empresas.

 

Descubre emociones con un Curso de Marketing Digital

Como ves, las emociones humanas están presentes absolutamente en todo, y el ámbito marketing no iba a ser menos. La mayoría de las personas compramos y consumimos motivados por procesos emocionales, y casi nunca racionales, y por ello las marcas apelan a nuestra emotividad, ya que cuando de comprar o consumir se trata, pensamos con el corazón.

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