Si estás planteándote especializarte en alguna rama de la programación, echa un vistazo al caso de éxito de Alejandro Borreguero, exalumno de Tokio. Alejandro nos cuenta cómo ha sido su experiencia formativa con nosotros y cuál será su siguiente paso. ¡Sigue leyendo!

 

¿Cómo es estudiar en Tokio? La experiencia de Alejandro

Alejandro Borreguero terminó el instituto y decidió apostar por su pasión: los videojuegos. Después de una carrera y un máster en gamificación, intentó, sin éxito, entrar en el mercado laboral. Llegó incluso a participar en un programa de televisión pero en ese momento le quedó claro que lo que le faltaba era una especialización. Ahí fue cuando decidió matricularse en Tokio School para especializarse en programación de videojuegos.

“Miré un poco el contenido del Curso de Programación de Videojuegos y Realidad Virtual y lo que me llamó mucho la atención es que seguramente estaré preparado para sacarme la titulación oficial de Unity, el motor de videojuego multiplataforma que conforma la base de la formación de Tokio School. Y, además, me venía muy bien la preparación de inglés para sacarme también ese título”, destaca este madrileño de 24 años.

foto-circular-alejandro-borreguero

El hecho de que esta formación esté basada en la realidad virtual y la realidad aumentada fue otro de los factores determinantes de su apuesta por el centro:

“Me gusta el curso. Tienes los libros, los ejercicios, te enseña a programar, pero lo mejor es la comunicación que hay a través del canal de Discord, en el que estamos todos los alumnos y en el que cualquier persona puede tener una duda y rápidamente hay un par de compañeros para intentar ayudarle a solucionarla… La carrera en la universidad me pareció mucho más individualista, aquí lo veo todo más conectado”, asegura Alejandro.

La flexibilidad para poder sacar la formación a su ritmo y la optimización que enseña el profesor José Antonio Moyano, son otros de los puntos fuertes que destaca el joven: “Una cosa es cuando programas y estás aprendiendo y otra cuando lo haces profesionalmente. Eso es lo que me gusta del curso: poder tener a un profesional al alcance y cercano que te soluciona esas dudas”, añade.

 

Tokio como trampolín

Debido a la crisis del COVID-19, Alejandro tiene que esperar unos meses hasta hacer sus prácticas profesionales en la reconocida consultora Everis. “A mí me gusta bastante el puesto porque, dentro de que es una consultora, se trabaja bastante con realidad virtual y trabajan con clientes del IBEX 35, hacen cosas para Iberia, para Gas Natural… así que yo creo que sería un trabajo estable”, asegura.

Mientras tanto, Alejandro está inmerso en el desarrollo de su propio videojuego, un proyecto que ha crecido gracias a Tokio School: “Desde el primer día que empecé el curso estoy ya hablando con el profesor porque voy a plantear mi videojuego como proyecto final. Quiero que tenga una parte de realidad virtual y realidad aumentada. Conocer a José Moyano me vino genial. Queremos que sea un juego comercial y queremos ir a presentarlo a diferentes ferias”, explica.

Antes de despedirnos, aprovechamos este espacio y queremos agradecerle que haya compartido su experiencia con nosotros y le deseamos mucha suerte. ¡Gracias por confiar en Tokio, Alejandro!